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lunes, 25 de septiembre de 2017

Poesías de la Independencia de México

HIDALGO
MANUEL ACUÑA

Sonaron las campanas de Dolores
Voz de alarma que el cielo estremecía,
Y en medio de la noche surgió el día
De augusta Libertad con los fulgores.

Temblaron de pavor los opresores
E Hidalgo audaz al porvenir veía,
Y la patria, la patria que gemía,
Vio sus espinas convertirse en flores.

¡Benditos los recuerdos venerados
De aquellos que cifraron sus desvelos
En morir por sellar la independencia;
Aquellos que vencidos, no humillados,
Encontraron el paso hasta los cielos
Teniendo por camino su conciencia!




















15 DE SEPTIEMBRE

MANUEL ACUÑA


Después de aquella página sombría
en que trazó la historia los detalles
de aquel horrible día.
cuando la triste Méxitli veía
sembradas de cadáveres sus calles;
después de aquella página de duelo
por Cuauhtémoc escrita ante la historia,
cuando sintió lo inútil de su anhelo;
después de aquella página, la gloria
borrando nuestro cielo en su memoria
no volvió a aparecer en nuestro cielo.

La santa, la querida
madre de aquellos muertos, vencedores
en su misma caída,
fue hallada entre ellos, trémula y herida
por el mayor dolor de los dolores…
en su semblante pálido aún brillaba
de su llanto tristísimo una gota…
a su lado se alzaba
junto a un laurel una mecana rota…
y abandonada y sola como estaba,
vencido ya hasta el último patriota,
al ver sus ojos sin mirada y fijos,
los españoles la creyeron muerta,
y del incendio entre la llama incierta
los echaron en la tumba con sus hijos…

Y pasaron cien años y trescientos
sin que a ningún oído
llegaran los tristísimos acentos
de su apagado y lúgubre gemido:













GUERRERO

JOSE ROSAS MORENO


En los montes del Sur, Guerrero un día
alzando al cielo la serena frente,
animaba al ejército insurgente
y al combate otra vez lo conducía.

Su padre, en tanto, con tenaz porfía,
lo estrechaban en sus brazos tiernamente
y en el delirio de su amor ardiente
sollozando a sus plantas le decía:

Ten piedad de mi vida desgraciada;
vengo en nombre del rey, tu dicha quiero;
poderoso te hará; dame tu espada.

¡Jamás!, llorando respondió Guerrero;
Tu vos es, padre, para mí sagrada,
más la voz de mi patria es lo primero!



HIDALGO Y MORELOS

AMADO NERVO


¡Hidalgo y Morelos, palabras radiosas!
Pregunta esos nombres al monte y al plano
a cielos y a mares, a todas las cosas,
y así te dirán:

El monte de nieve y eternos basaltos
que siglos y siglos sus crestas irguió:
“Morelos, Hidalgo”, dirá, son más altos,
más altos que yo!
El sol, alma fuente de vivos destellos,
Imán de los mundos que el Padre creó:
“¡Hidalgo, Morelos!” dirá “¡son más bellos,
más bellos que yo!”

Y fuentes y prados y valles y cielos,
cantando los nombres de luz de los dos,
dirán con miles voces: “¡Hidalgo, Morelos,
bendígalos Dios!”








LA SUAVE PATRIA

RAMON LOPEZ VELARDE

PROEMIO

Yo que sólo canté de la exquisita
partitura del íntimo decoro,
alzo hoy la voz a la mitad del foro
a la manera del tenor que imita
la gutural modulación del bajo
para cortar a la epopeya un gajo.

Navegaré por las olas civiles
con remos que no pesan, porque van
como los brazos del correo chuan
que remaba la Mancha con fusiles.

Diré con una épica sordina:
la Patria es impecable y diamantina.

Suave Patria: permite que te envuelva
en la más honda música de selva
con que me modelaste por entero
al golpe cadencioso de las hachas,
entre risas y gritos de muchachas
y pájaros de oficio carpintero.

PRIMER ACTO

Patria: tu superficie es el maíz,
tus minas el palacio del Rey de Oros,
y tu cielo, las garzas en desliz
y el relámpago verde de los loros.

El Niño Dios te escrituró un establo
y los veneros del petróleo el diablo.

Sobre tu Capital, cada hora vuela
ojerosa y pintada, en carretela;
y en tu provincia, del reloj en vela
que rondan los palomos colipavos,
las campanadas caen como centavos.

Patria: tu mutilado territorio
se viste de percal y de abalorio.

Suave Patria: tu casa todavía
es tan grande, que el tren va por la vía
como aguinaldo de juguetería.

Y en el barullo de las estaciones,
con tu mirada de mestiza, pones
la inmensidad sobre los corazones.

¿Quién, en la noche que asusta a la rana,
no miró, antes de saber del vicio,
del brazo de su novia, la galana
pólvora de los juegos de artificio?

Suave Patria: en tu tórrido festín
luces policromías de delfín,
y con tu pelo rubio se desposa
el alma, equilibrista chuparrosa,
y a tus dos trenzas de tabaco sabe
ofrendar aguamiel toda mi briosa
raza de bailadores de jarabe.

Tu barro suena a plata, y en tu puño
su sonora miseria es alcancía;
y por las madrugadas del terruño,
en calles como espejos se vacía
el santo olor de la panadería.

Cuando nacemos, nos regalas notas,
después, un paraíso de compotas,
y luego te regalas toda entera
suave Patria, alacena y pajarera.

Al triste y al feliz dices que sí,
que en tu lengua de amor prueben de ti
la picadura del ajonjolí.

¡Y tu cielo nupcial, que cuando truena
de deleites frenéticos nos llena!

Trueno de nuestras nubes, que nos baña
de locura, enloquece a la montaña,
requiebra a la mujer, sana al lunático,
incorpora a los muertos, pide el Viático,
y al fin derrumba las madererías
de Dios, sobre las tierras labrantías.

Trueno del temporal: oigo en tus quejas
crujir los esqueletos en parejas,
oigo lo que se fue, lo que aún no toco
y la hora actual con su vientre de coco.
Y oigo en el brinco de tu ida y venida,
oh trueno, la ruleta de mi vida.

INTERMEDIO

(Cuauhtémoc)

Joven abuelo: escúchame loarte,
único héroe a la altura del arte.

Anacrónicamente, absurdamente,
a tu nopal inclínase el rosal;
al idioma del blanco, tú lo imantas
y es surtidor de católica fuente
que de responsos llena el victorial
zócalo de cenizas de tus plantas.

No como a César el rubor patricio
te cubre el rostro en medio del suplicio;
tu cabeza desnuda se nos queda,
hemisféricamente de moneda.

Moneda espiritual en que se fragua
todo lo que sufriste: la piragua
prisionera , al azoro de tus crías,
el sollozar de tus mitologías,
la Malinche, los ídolos a nado,
y por encima, haberte desatado
del pecho curvo de la emperatriz
como del pecho de una codorniz.

SEGUNDO ACTO

Suave Patria: tú vales por el río
de las virtudes de tu mujerío.
Tus hijas atraviesan como hadas,
o destilando un invisible alcohol,
vestidas con las redes de tu sol,
cruzan como botellas alambradas.

Suave Patria: te amo no cual mito,
sino por tu verdad de pan bendito;
como a niña que asoma por la reja
con la blusa corrida hasta la oreja
y la falda bajada hasta el huesito.

Inaccesible al deshonor, floreces;
creeré en ti, mientras una mejicana
en su tápalo lleve los dobleces
de la tienda, a las seis de la mañana,
y al estrenar su lujo, quede lleno
el país, del aroma del estreno.

Como la sota moza, Patria mía,
en piso de metal, vives al día,
de milagros, como la lotería.

Tu imagen, el Palacio Nacional,
con tu misma grandeza y con tu igual
estatura de niño y de dedal.

Te dará, frente al hambre y al obús,
un higo San Felipe de Jesús.

Suave Patria, vendedora de chía:
quiero raptarte en la cuaresma opaca,
sobre un garañón, y con matraca,
y entre los tiros de la policía.

Tus entrañas no niegan un asilo
para el ave que el párvulo sepulta
en una caja de carretes de hilo,
y nuestra juventud, llorando, oculta
dentro de ti el cadáver hecho poma
de aves que hablan nuestro mismo idioma.

Si me ahogo en tus julios, a mí baja
desde el vergel de tu peinado denso
frescura de rebozo y de tinaja,
y si tirito, dejas que me arrope
en tu respiración azul de incienso
y en tus carnosos labios de rompope.

Por tu balcón de palmas bendecidas
el Domingo de Ramos, yo desfilo
lleno de sombra, porque tú trepidas.

Quieren morir tu ánima y tu estilo,
cual muriéndose van las cantadoras
que en las ferias, con el bravío pecho
empitonando la camisa, han hecho
la lujuria y el ritmo de las horas.

Patria, te doy de tu dicha la clave:
sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;
cincuenta veces es igual el ave
taladrada en el hilo del rosario,
y es más feliz que tú, Patria suave.

Sé igual y fiel; pupilas de abandono;
sedienta voz, la trigarante faja
en tus pechugas al vapor; y un trono
a la intemperie, cual una sonaja:
la carretera alegórica de paja.























ANTE EL ALTAR DE LOS CAUDILLOS DE LA INDEPENDENCIA

LIC. MANUEL BRIOSO Y CANDIANI
México, al recordar la ardiente guerra
a que debió su sacra autonomía,
convoca a las naciones de la tierra
a convivir con ella en armonía.

Ya no es el español el hombre odiado
que provocara cólera o rencores;
es el colono, por la ley llamado,
para entregarse en paz a sus labores.

¿Qué mejor oblación en los altares
de Hidalgo, de Morelos y Guerrero,
que ofrecer nuestra mano y nuestros lares,
transformando en nativo al extranjero?

La sangre por doquier derramada
de aquella lucha, en los heroicos hechos,
de su fruto en la tierra liberada:
por eso surgen ya nuevos derechos.

México en otro tiempo campo rojo,
sin ley augusta y sin precisa norma,
que incitaba al pillaje y al despojo,
en el pueblo laborioso se transforma.

Abre los brazos al obrero honrado
y de la servidumbre lo redime
para que viva siempre emancipado
de la miseria amarga que lo oprime.

Al que la tierra con afán cultiva,
lo alienta para ser un propietario,
y su esperanza y su trabajo aviva,
liberándolo de todo victimario.
Si antes nos agobió el encomendero
con su avaricia y su crueldad odiosa,
ya no hay trabas que opriman al obrero,
ni al campesino en la heredad fructosa.

Escuelas, bibliotecas y talleres
impulsan ya al estudio o la tarea
a ignaras más no inútiles mujeres,
y al indio analfabeto de la aldea.

Tales son los presentes redentores
Traídos de la Patria a los altares
son los frutos más sanos, los mejores
de las grandes contiendas seculares.

¡Que venga hacia este suelo el que confíe
en la rica cosecha del mañana,
que ya una nueva aurora nos sonríe
en esta fértil tierra mexicana!




A LA CORREGIDORA

M. GUTIERREZ NAJER


Al viejo primate, las nubes del incienso;
Al héroe, los himnos; A Dios, el inmenso
De bosques y mares solemne rumor;
Al púgil que vence, la copa murna;
Al mártir, las palmas; y a ti –la heroína—
Las hojas de acanto y el trébol en flor.

Hay versos de oro y hay notas de plata;
Mas, busco, señora, la estrofa escarlata
Que sea toda sangre, la estrofa oriental:
Y húmedas, vivas, calientes y rojas.
A mí me entienden las trémulas hojas
Que en gráciles redes columpia el rosal.

¡Brotad, nuevas flores! ¡Surgid a la vida!
¡Despliega tus alas, gardenia entumida!
¡Botones, abríos! ¡Oh, mirtos, arded!
¡Lucid, amapolas, los ricos briales!
¡Exúberas rosas los pérsicos Chales
De sedas joyantes al aire tended!

¿Oís un murmullo que, débil, remeda
El frote friolento de cauda de seda
En mármoles tersos o limpio marfil?
¿Oís?... ¡Es la savia fecunda que asciende,
Que hincha los tallos y rompe y enciende
Los rojos capullos del príncipe Abril!

¡Oh, noble señora! La tierra te canta
El salmo de vida, y a ti se levanta
El gérmen despierto y núbil botón;
El lirio gallardo de cáliz erecto;
Y fúlgido, leve, vibrando, el insecto
Que rasca impaciente su blanda prisión!

La casta azucena, cual tímida monja,
Inciensa tus aras; la dalia se esponja
Como ave impaciente que quiere volar,
Y astuta, prendiendo se encaje a la piedra,
En corvos festones circunda la yedra,
Celosa y constante, señora, tu altar!

El chorro del agua con ímpetu rudo,
En alto su acero, brillante desnudo,
Bruñido su casco, rizado el airón,
Y el iris por banda, buscándote salta
Cual joven amante que brinca a la alta
Velada cornisa de abierto balcón.

Venid a la fronda que os brinda hospedaje
¡Oh pájaros raudos de rico plumaje;
Los nidos aguardan; venid y cantad!
Cantad a la alondra que dijo el guerrero
El alba anunciando: ¡Desnuda tu acero,
Despierta a los tuyos… Es hora…Marchad!



EL GRITO DE LA INDEPENDENCIA

GUILLERMO PRIETO

Golpes suenan en la puerta,
en la puerta del cuarto,
golpes y voces que llaman
ansiosas al Cura Hidalgo.

Se hace luz, en las estancias
se pasean los caballos,
entran Allende y Aldama,
al cuarto del viejo cura.


Y sin más rodeos y preámbulos
dicen: "estamos perdidos:
¿qué resolución tomamos?"

Oye la nueva, tranquilo,
con calma y sosiego, Hidalgo. . .
"No estamos perdidos," contesta "
aquí no queda más que ir a coger gachupines"

Mientras se ajusta las armas,
y ordena que venga un criado
para que dé chocolate,
a sus valientes aliados.

Manda llamar a los serenos,
y a su hermano don Mariano;
se encendieron unas teas,
que agitaban unos cuantos.

Las veruquientas campanas,
despiertan al vecindario;
gentes a pie y de a caballo
acuden al llamamiento.

Y en una de las ventanas,
erguido, grande, sublime;
asoma su busto, Hidalgo. . . .
Y grita: ¡Muera el mal gobierno! . . .
¡Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe! ¡Viva América!

¡Viva México!! Viva México! ¡Viva México!

¡Viva Allende! . . . ¡Viva Aldama! . . .
¡Viva Abasolo! ¡Viva Jiménez!

¡Viva la Corregidora de Querétaro!
Doña Josefa Ortiz de Domínguez!

¡Vivan, vivan todos los que lucharon
y murieron por la Independencia Mexicana!!

¡Viva el Padre de la Patria Mexicana
don Miguel Hidalgo y Costilla!




LA CAMPANA DE DOLORES


JOSÉ SANTOS CHOCANO

(Fragmento)

En el bronce en que fundieron la Campana,
arrojaron sus sortijas los más nobles caballeros,
que probaron luego el timbre de aquel bronce con la ufana
vibración de un golpe dado por la cruz de sus aceros;
y tan cóncavo y sonoro
bronce, rico en plata y oro,
ha gemido muchas veces en las trémulas escalas
de un revuelo de palomas que lo harían con sus alas.

Una mano,
que persigna las tinieblas y conjura
las edades con espíritu cristiano,
una mano de buen cura,
una mano religiosa,
cierta vez, sobrecogida
por un santo horror, se posa
en la cuerda atada al bronce, que, agitándose nerviosa,
correr siente las primeras pulsaciones de otra vida;
y es así como, en la noche de los siglos misteriosos,
la Campana de Dolores
rompe a veces el silencio, desde el fondo del arcano,
balanceando en las tinieblas, al compás de sus clamores,
una cuerda que se estira con el peso de una mano…

¡No! la mano del gran cura
no sacude la Campana, cuyos sones
van, en de disiparse por la anchura,
a plegarse en el refugio de los buenos corazones.
piénsase que, de repente,
vibra el Águila en su escudo;
abre el pico: la serpiente
dócilmente
se hace un nudo…
rompe el Águila su vuelo:
con las alas cubre el cielo;
y, en un rasgo de soberbia poderosa
que la nimba y engalana,
va y se posa
sobre el bronce de la épica Campana…
tiende el Águila su noble y emblemático abanico;
cuelga, luego, largamente,
la cabeza…y en el pico
coge al fin la cuerda como cogió un día la serpiente…
¡Y así, el águila es ahora
la que, en triunfo, como un símbolo viviente,
sonar hace sobre el pueblo la Campana redentora!...


Presencia de Hidalgo

Ciudadanos de México:
Vengo a contarles este día
la pagina más grande de la historia…
Vengo a cumplir con un alto deber,
con el favor de la ciudadanía
de mi alma de maestra y mujer

La Patria mexicana en su pasado,
fue el suelo ensangrentado,
y en cuencas infinitas de dolor
corrió sangre a torrentes
de bravos, de inmortales insurgentes
que a México sirvieron con valor…
En los hechos, los más sobresalientes,
del primero de todos los valientes
fue el padre Hidalgo aquel anciano,
de alma de gigante y de cabello cano
quien se sacrifico por conquistar
LA LIBERTAD
LA INDEPENDENCIA
Y LA IGUALDAD
de nuestro amado pueblo mexicano
Con su ejemplo, su amor, su decisión,
hablo una vez con su palabra mágica
en una hora trágica,
de México la más divina,
y fue inacabable noche septembrina
llena de luz, de inmarcesible gloria
que nunca…! NUNCA MORIRÁ en la HISTORIA!

Movió la clásica campana
del humilde curato de Dolores,
y…su alma sensitiva, tan humana,
en esa insólita ocasión,
afrontando infinitos sinsabores,
fue solemne en su fe, su decisión,
por darnos esta Patria mexicana.
Su grande y noble sueño realizó
con un puñado de hombres valerosos,
sufridos, resueltos y afanosos,
que sus huellas siguió.

El luminoso espíritu sencillo
del héroe…inmenso del caudillo,
se agiganta en los tiempos de la historia,
por su amor a la causa independiente
de su pueblo, al que amaba intensamente…
Por eso perpetuamos su memoria…
aquí está del gran hombre la presencia
en la estatua que miramos a diario,
barro que el pueblo lleva en la conciencia;
en cada centenario, al visionario,
para siempre sea así: Hoy y mañana
la nación mexicana
viene a cantarle ¡Gloria!
¡Gloria! le cante aquí la patria agradecida
de toda la nación,
a su heroísmo y lucha enardecida;
al sacrificio inmenso de su vida
nuestra niñez entona su mejor canción
pues para todos es perenne inspiración.
¡Niños! en este luminoso y grande día
de paz espiritual y de alegría,
luchemos por el bien de la nación;
con nuestros actos –cada instante y ocasión-
hay que imitar del héroe venerable
sus virtudes y ejemplo incomparable…
¡Cantémosle con todo el corazón,
el contenido profundo, sin igual,
las estrofas más bellas, más airosas,
solemnes, inefables, belicosas,
de nuestro hermoso Himno Nacional!


























HIDALGO

JUAN DE DIOS PEZA

¡Mártir de tu conciencia! nuestra historia
bañada está en la luz de tu grandeza
el pueblo cambió en culto tu memoria,
y las canas que ornaban tu cabeza,
en hojas de laurel cambio la gloria.

Si con mundos de luz tu santo nombre
en el cielo de Méjico esta escrito que guíe a tu pueblo, y al tirano asombre;
para ser libre te basto ser hombre,
para ser inmortal te bastó un grito.

Ahora venimos a tu altar trayendo
de respeto y amor eternas flores,
tu muerte y tus martirios bendiciendo;
míranos…con en alma repitiendo
las divinas palabras de Dolores.

¡Feliz aquél a quien el mundo llame
el cantor de tu gloria, noble anciano!
¡Labio feliz el que tú nombre aclame!
¡Feliz todo el que en ti venere y ame
al Redentor del pueblo mejicano!


A HIDALGO
LUIS GARCÍA DE ARELLANO

A dónde vas ¡oh venerable anciano!
sosegado pastor, helada caña,
¿es acaso a la mísera cabaña
que el pan recibe de tu débil mano?

Voy a romper la frente del tirano,
voy a trinchar el centro de la España;
la religión sublime me acompaña;
soy el Moisés del pueblo mexicano.

Con fuego santo tu semblante brilla,
un grito da ya su señal potente.
La hueste hispana su cerviz humilla.

Era hombre, sí…murió…pero valiente.
Ínclito Hidalgo, grande sin mancilla,
luce tu nombre puro, indeficiente.







1810
JUAN DE DIOS PEZA

¡Año de luz, de triunfos y de gloria
de dolor, de martirio y sufrimiento!
¡Un siglo que condensa el pensamiento
de un pueblo que es gigante ante la Historia!

Cien años hace, obtuvo la victoria
un gesto que estremece el pensamiento,
pues fue base del alto monumento
que perdura del pueblo en la memoria.

Hidalgo, el cura humilde de Dolores
a su patria le dio nueva existencia,
oyendo de sus hijos los clamores;
su grito fue la voz de su conciencia
y a los esclavos convirtió en señores
dándoles con su voz la independencia.


1810-1910
JUAN DE DIOS PEZA

Cien años que nos dejan por herencia
para ser de la patria, amparo y norma.
Tres veneros de luz: La Independencia,
la Constitución y la Reforma.

¡Hidalgo!, ¡El pueblo!, ¡Juárez!...cuanta gloria
¡En un siglo de esfuerzo ha conquistado!
¡Son tres astros del cielo de la Historia!
¡Tres deidades que México ha adorado!
Y coronando su obra sacrosanta
con mano firme, honrada, noble y pura,
el héroe de la paz, que se levanta
de tan preclaros héroes a la altura.

La independencia fue nuestra grandeza
la libertad nuestro mayor anhelo
y la paz el tesoro de riqueza
que ha engrandecido nuestro patrio suelo.

¡Honor y gloria a tan egregios hombres!
¡ciñamos a sus frentes lauro y palma
y conservemos sus augustos nombres
con letras de oro escritas en el alma!







EN EL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1816
J. F. L.

Sonetos

¡Heroico Hidalgo de inmortal memoria!
¡Primer caudillo de la Independencia!
(así está escrito en célica eminencia)
¿Quién podrá disputarte tanta gloria?
Gran recuerdo hace de ti la historia
al mismo tiempo que llora tu ausencia:
fuiste del patriotismo pura esencia,
y el indiano escudo de victoria,
tu voz estremeció del cruel Borbón,
el trono que ejerció su tiranía,
y colmó de gozo cuanto corazón.
De fuego patrio en México se ardía:
justa tus manes bendice la nación,
y tu nombre lo ensalza cada día.


II

¡Tres centurias sufrimos de opresión!
¡Tres siglos de dolor y de amargura!
¿Por qué tan cruel destino? ¡Oh suerte dura,
la que tocara a la infeliz nación!
Sonó la voz del inélito Campeón,
que en Iguala rompió férrea atadura,
tembló la Iberia, y su desventura
decretada la vio sin remisión.
¿Dónde está el genio que nos diera vida?
¡Ya no lo vemos Iturbide, amado…
la mano ingrata, el plomo fraticida
te despreció de nuestro lado;
pero la patria siempre agradecida,
dentro de tu corazón te ha colocado.

Octava

Mil elogios a Hidalgo le tributo,
promovedor de nuestra independencia,
mil a Iturbide que al poder absoluto
derrocar supo con firme presencia;
por ellos viste mi lecho de luto
y rindo a sus cenizas reverencia
allá en el cielo se encuentran unidos
que es mansión de patriotas distinguidos.








HIDALGO
LUPEMARÍA DE LA GARZA FERRER

Quiero cantar a Hidalgo su grandeza,
quiero cantar al venerable anciano de Dolores,
al que su anhelo mayor
fue hacer a nuestra Patria grandiosa,
y verla entre los pueblos de la tierra
respetada y venturosa.

Oh Padre de la Patria,
mi admiración a ti no tiene nombre,
pues fuiste por salvarnos el primero
con un valor que todo el que escuche asombre.

No ha de olvidar el pueblo mexicano
la lucha que iniciaste con valor ardiente,
y escucharon el Grito de Dolores
un 15 de septiembre.

No ha de olvidar aquél pueblo que oprimido
luchaba por su suerte,
que tú fuiste quien rompiera las cadenas
de esclavitud y muerte.


Debemos recordar al gran anciano
que nos diera la libertad y la gloria,
pasando a la inmortalidad
de las páginas de la historia.




Al Excmo. Sr. Presidente D. Guadalupe Victoria

Soneto

A ti la Patria ¡oh caudillo fuerte!
Del gobierno las riendas ha confiado,
Pues con Victoria espera de contado
Con victoria triunfar de infausta suerte.
Al frente quiso este día ponerte
De sus negocios, porque así premiado
Tu mérito será que fue extremado
Y con respeto vio la misma muerte.
Vive, señor, por tiempo dilatado:
Vive ¡Oh Victoria pues eternamente
Para dicha de Anáhuac y mayo, gloria
Sin la funesta oposición del hado!
Pues es preciso con Victoria al frente
Cantar en todos tiempos la victoria.

Al Excmo. Sr. vice-presidente




Soneto

Al lado de una Victoria en recompensa
De tus grandes servicios y valor
Te vemos, y la Patria con amor
Los premia pues luchaste en su defensa.
En su unión bien podrás la niebla densa
Del temor disipar y con vigor
Anonadar el bárbaro opresor
Que nuevo yugo prepararnos piensa.
Si bravo fuiste en la campaña un día
Con destreza vibrando el noble acero
Hasta triunfar al fin de la hidra fiera;
Con igual interés hoy, a fe mía,
A la Patria guiarás por el sendero
De la dicha; de un Bravo así se espera.








Fuentes

Poesías Patrióticas Mexicanas, recopilación. México D.F., Anaya Editores.
Florescano, Enrique, Imágenes de la Patria, México, Editorial Taurus, 2006, 488 pp.
G. Basurto Carmen, México y sus Símbolos, México, Avante, 280 sin fecha de publicación, pp.
Hernández Silvano, México historiado por los poetas, Jalisco, Gobierno de Jalisco, 2004, 212 pp.
Higuera Ernesto, Hidalgo. Reseña Biográfica con una Iconografía del Iniciador de Nuestra Independencia, México, Colección Medallones Mexicanos, 1955,
Peza, Juan de Dios, Poesías Recuerdos y Esperanzas, México, Porrúa, Colección Sepan Cuantos, 1979, 260 pp.
Ramos Aguirre, Francisco, Poesía Romántica Tamaulipeca, México, Instituto Tamaulipeco de Cultura, 1992, 102 pp.
Poesías Patrióticas Mexicanas, recopilación. México, Anaya Editores.
Diario histórico de México, de Carlos María de Bustamante.

Periódico La Esperanza, Tampico, 17 de septiembre de 1845, pp. 3-4.

viernes, 15 de septiembre de 2017

Independencia de Mexico Obra de teatro para niños representación

OBRA DE TEATRO
EL GRITO DE DOLORES
PERSONAJES:
MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA
JOSEFA ORTIZ DE DOMINGUEZ
MIGUEL DOMINGUEZ
IGNACIO ALLENDE
JUAN ALDAMA
HABITANTES DEL PUEBLO DE DOLORES
ACTO I
LAS JUNTAS EN QUERETARO
En la ciudad de Querétaro se reunían con el pretexto del estudio de las bellas artes, los partidarios de la independencia. Los principales conspiradores eran los licenciados Lazo y Altamirano, los capitanes Allende, Aldama y Arias, el doctor Iturriaga y los comerciantes Epigmenio y Emeterio González. Contaban además con el disimulo del corregidor licenciado don Miguel Domínguez y con el entusiasmo de su esposa doña María Josefa Ortiz de Domínguez, enemiga irreconciliable de los españoles. Solamente faltaba un jefe de suficiente prestigio para encabezar esta conspiración, cuando Allende se le ocurrió invitar a tomar parte en ella a don Miguel Hidalgo, cura de Dolores.
IGNACIO ALLENDE: - Estimados compatriotas no es justo que nuestro pueblo sufra los maltratos dados por los españoles y desgraciadamente son los indígenas los que más sufren esta situación.
JOSEFA ORTIZ DE DOMINGUEZ: - Tiene usted razón general Allende, los españoles tienen a nuestros indígenas trabajando en condiciones inhumanas y al mismo tiempo los mantiene endeudados obligándolos a adquirir productos de mala calidad en sus tiendas de raya, ¡Tenemos que ponerle un fin a todo esto!
MIGUEL DOMINGUEZ:- Estoy de acuerdo con ustedes compañeros, es por esta razón que llevamos a cabo estas reuniones para planear cada paso de nuestra lucha.
IGNACIO ALLENDE:- Pero para esta empresa tan importante necesitamos de un líder que se identifique con la gente de nuestro pueblo y que también tenga las habilidades necesarias para llevar a buen término nuestros planes. Compañeros permítanme presentarles al cura del pueblo de Dolores Don Miguel Hidalgo y Costilla.
MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA:- Compañeros, al principio tuve mis dudas de unirme a ustedes pero al comprobar que sus palabras son ciertas he decidido unirme a ustedes y ser el líder de esta lucha.
ACTO II
LA CONSPIRACION DESCUBIERTA
En septiembre de 1810 los trabajos de los conspiradores estaban tan adelantados que   se acordó   que el movimiento independentista estallara el 2 de octubre   simultáneamente en varios lugares. Pero los conspiradores estaban denunciados y el gobierno tenía espías que concurrían en las juntas.
La situación del corregidor de Querétaro se hacía cada vez más difícil   pues el partido español sospechaba su connivenciacon los rebeldes y le vigilaba también. Entretanto la esposa del corregidor ansiaba comunicarse con alguien que pudiera dar aviso a los principales conjurados, el alcaide de la cárcel Ignacio Pérez bajo las órdenes de la corregidora fue el encargado de dar aviso al general Allende. Pero al no encontrar a Allende el alcaide Pérez se puso al habla con Aldama y ambos marcharon hacia Dolores.
JOSEFA ORTIZ DE DOMINGUEZ:- General Aldama, le ordeno que vaya a reunirse con el general Allende para que lo ponga al tanto de nuestra situación, nuestros planes han sido descubiertos por los españoles y es necesario hacer algo al respecto.
JUAN ALDAMA:- Estoy de acuerdo, en estos momentos parto a reunirme con el general Allende.
ACTO III
EL GRITO DE DOLORES
Al llegar al pueblo de Dolores, tocaron en la casa cural y salió Allende a recibirlos haciéndoles pasar a la recamara del cura Hidalgo a discutir el partido que debiera tomarse. El cura Hidalgo puso fin a las discusiones con estas palabras “Caballeros, somos perdidos”, no hay mas recurso que ir a coger gachupines.
JUAN ALDAMA:- Los españoles ya nos descubrieron, ¿Qué es lo que debemos hacer?
IGNACIO ALLENDE:- Al principio teníamos acordado iniciar la lucha en diferentes lugares de la Nueva España, pero bajo estas circunstancias tenemos que actuar con rapidez.
MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA:- Compañeros no nos queda más remedio que tomar las armas de una vez por todas y empezar a cazar a los gachupines.
Así el 15 de septiembre de 1815, se comenzó a llamar a misa reuniéndose en poco tiempo en el atrio de la parroquia un gran concurso, no solo del pueblo, sino también de los ranchos y haciendas circunvecinas que llegaban a oír misa.
MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA:- Pueblo de Dolores ha llegado el momento de tomar las armas y derrocar a los españoles, ya hemos sufrido demasiados abusos de su parte, es el momento de recuperar nuestras tierras, es el momento de darle a nuestros hijos un país libre de gachupines.
¡MUERAN LOS GACHUPINES!
PUEBLO DE DOLORES:- ¡MUERAN!
MIGUEL HIDALGO:- ¡MUERAN LOS CACIQUES!
PUEBLO DE DOLORES:- ¡MUERAN!
MIGUEL HIDALGO: - ¡VIVA LA VIRGEN DE GUADALUPE!
PUEBLO DE DOLORES:- ¡VIVA!
MIGUEL HIDALGO:- ¡VIVA LA LIBERTAD!
PUEBLO DE DOLORES:- ¡VIVA!
Aquel discurso entusiasmo al auditorio y todos los congregados se dispusieron a seguir a Hidalgo   formándose así un   pequeño ejército armados con hondas y garrotes.
TALES FUERON LOS HUMILDES PRINCIPIOS DE LA INDEPENDENCIA DE MEXICO

miércoles, 21 de junio de 2017

Poesía al 16 de septiembre | Poema a la independencia de México

16 DE SEPTIEMBRE
Antonio Plaza
(Poema)
Venid, el arpa que tomé en mis manos
Cuando vagué por la infecunda arena
Tiene una maldición a los tiranos,
Que en sus bordonadas ásperas resuena.

Mármol
La Virgen de Occidente, ondina de los lagos,
la fada de ojos negros brillantes como el Sol,
la linda como la estrella sagrada de los magos
la perla que soñaron Virgilius y Colón;

La Venus de los castos idílicos amores,
sultana sobre lecho mullido de arrayán,
azteca soberana, señora de señores,
la reina de cien reyes, indígena beldad;

Llora sin ventura sufriendo los insultos
que audaz le prodigara ibérico invasor:
cadáveres sus héroes rodaron insepultos,
hollados por el casco de exótico bridón.

Las plantas extranjeras pisaron estos lares,
al genio revelado del sabio genovés,
que con audacia suma condujo a nuestros mares
carabelas compradas con joyas de Isabel.

La gente aventurera que vino de otro mundo
inmarcesible gloria queriendo conquistar,
cubrió nuestra campiña de luto sin segundo,
taló de nuestros padres la espléndida heredad;

y aquellos españoles que retemblar hicieron
la tierra infortunada del gran Tezozómoc,
a las hondas, macanas y flechas, opusieron el
estallido ignoto de horrísono cañón.

Batallas desiguales el campo estremecían,
que nunca el mexicano se rinde sin luchar;
en yácatas profundas los muertos no cabían...
era una fosa inmensa el suelo de Anáhuac.

De sangre se tiñeron las olas de los mares,
de sangre se tiñeron las rosas del pénsil,
las llamas devoraron alcázares y aduares
y México fue presa de horrores mil y mil.

Manchóse el teocalli con la sangre inocente
de aztecas que Alvarado inermes degolló,
¡lástima que un guerrero de corazón valiente

dejara en su memoria caer ese borrón!


Preparó la hecatombe con frases de cariño,
y su traición infame le vino a conquistar
la gloria del gigante que lucha con el niño,
la gloria del cobarde que mata por detrás.

Aquellas indomables legiones altaneras
que luto y exterminio sembraron por doquier,
cazaban a los indios como se cazan fieras,
y el estertor del indio formaba su placer.

La guerrera falange que trajo en sus pendones
el símbolo sagrado sublime de la cruz,
en medio de atabales y fuego de cañones
importó el evangelio divino de Jesús.

y frailes y caudillos hallaron desde luego
en México la bella, espléndido botín;
y expiró atormentado en su lecho de fuego
el héroe de los héroes, el gran Cuauhtemotzin.

Sedientos de riqueza en sangre se bañaron
doquiera desplegando un lujo de crueldad;
y trémulos de ira, mataron y mataron,
la raza conquistada queriendo exterminar.

Que sangre y sólo sangre formaba su delicia,
un sudario sangriento sirvióles de mantel,
viles migajas de oro tentaron su codicia,
y sobre negras tumbas basaron su poder.

Las púdicas doncellas lloraban deshonradas
por la torpe lasciva de audaz conquistador;
y las nobles matronas sufrieron indignadas
ultrajes inauditos de soldadesca atroz.

y la Virgen que antes posara sobre flores
aurífera sandalia, perdió la libertad;
su veste desgarraron altivos vencedores,
y tuvo por corales cadenas nada más.

¡Ay! México la hermosa, señora independiente,
rodar vio por el fango su límpido blasón;
y al extranjero yugo dobló su altiva frente
sufriendo resignada tres siglos de opresión.

Tres siglos de conquista, de nobles y virreyes,
y frailes que atizaron la hoguera de la Fe,
tres siglos en que España dictó a su antojo
leyes tres siglos ominosos de gótico poder.

Poema a la independencia de México | Poesía al grito de Independencia

EL GRITO DE INDEPENDENCIA
(Poema)
Autor: Guillermo Prieto, Ministro del Gobierno del Presidente de México, don Benito Juárez.

Golpes suenan en la puerta, en la puerta del cuarto, golpes y
voces que llaman ansiosas al Cura Hidalgo.
Se hace luz, en las estancias se pasean los caballos, entran
Allende y Aldama, al cuarto del viejo cura.

Y sin más rodeos y preámbulos dicen:
"estamos perdidos: ¿qué resolución tomamos?"
Oye la nueva, tranquilo, con calma y sosiego, Hidalgo. . .
"No estamos perdidos," contesta
"aquí no queda más que ir a agarrar gachupines"

Mientras se ajusta las armas, y ordena
que venga un criado para que dé chocolate,
a sus valientes aliados.
Manda llamar a los serenos, y a su hermano
don Mariano; se encendieron unas teas,
que agitaban unos cuantos.

Las veruquientas campanas,
despiertan al vecindario;
gentes a pie y de a caballo acuden al llamamiento.
Y en una de las ventanas,
erguido, grande, sublime;
asoma su busto, Hidalgo. . . .
y grita: ¡Muera el mal gobierno! . . .
¡Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe! ¡Viva América!

¡Viva México!!Viva México! ¡Viva México!
¡Viva Allende! . . . ¡Viva Aldama! . . .
¡Viva Abasólo! ¡Viva Jiménez!
iViva la Corregidora de Querétaro!
¡Doña Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Vivan, vivan todos los que lucharon
y murieron por la Independencia Mexicana!!
¡Viva el Padre de la Patria Mexicana
don Miguel Hidalgo y Costilla! . . .

Y aquellos españoles que retemblar hicieron
la tierra infortunada del gran Tezozómoc,
a las hondas, macanas y flechas, opusieron
el estallido ignoto de horrísono cañón.

Batallas desiguales el campo estremecían,
que nunca el mexicano se rinde sin luchar;
en yácatas profundas los muertos no cabían...
era una fosa inmensa el suelo de Anáhuac.

De sangre se tiñeron las olas de los mares,
de sangre se tiñeron las rosas del pénsil,
las llamas devoraron alcázares y aduares
y México fue presa de horrores mil y mil.

 

Manchóse el teocalli con la sangre inocente
de aztecas que Alvarado inermes degolló,
¡lástima que un guerrero de corazón valiente
dejara en su memoria caer ese borrón!

Preparó la hecatombe con frases de cariño,
y su traición infame le vino a conquistar
la gloria del gigante que lucha con el niño,
la gloria del cobarde que mata por detrás.

Aquellas indomables legiones altaneras
que luto y exterminio sembraron por doquier,
cazaban a los indios como se cazan fieras,
y el estertor del indio formaba su placer.

La guerrera falange que trajo en sus pendones
el símbolo sagrado sublime de la cruz,
en medio de atabales y fuego de cañones
importó en Evangelio divino de Jesús.

Y frailes y caudillos hallaron desde luego
en México la bella, espléndido botín;
y expiró atormentado en su lecho de fuego
el héroe de los héroes, el gran Cuauhtemotzin.

Sedientos de riqueza en sangre se bañaron
doquiera desplegando un lujo de crueldad;
y trémulos de ira, mataron y mataron,
la raza conquistada queriendo exterminar.

Que sangre y sólo sangre formaba su delicia,
un sudario sangriento sirvióles de mantel,
viles migajas de oro tentaron su codicia,
y sobre negras tumbas basaron su poder.

Las púdicas doncellas lloraban deshonradas
por la torpe lasciva de audaz conquistador;
y las nobles matronas sufrieron indignadas
ultrajes inauditos de soldadesca atroz.

Y la Virgen que antes posara sobre flores
aurífera sandalia, perdió la libertad;
su veste desgarraron altivos vencedores,
y tuvo por corales cadenas nada más.

¡Ay! México la hermosa, señora independiente,
rodar vio por el fango su límpido blasón;
y al extranjero yugo dobló su altiva frente
sufriendo resignada tres siglos de opresión.

Tres siglos de conquista, de nobles y virreyes,
y frailes que atizaron la hoguera de la Fe,
tres siglos en que España dictó a su antojo leyes
tres siglos ominosos de gótico poder.

Corrido al cura Miguel Hidalgo para niños

AL CURA MIGUEL HIDALGO

Prof. Ladislao Juárez Ponce Arreglo de. María de Lourdes Islas Ortiz
Vaya cantar un corrido, señores con su licencia,
¡Viva nuestro cura Hidalgo que nos dio la independencia!
Trabajo para los pobres, por condiciones mejores,
la libertad de los pueblos, derrocar, al mal gobierno.
Coro
Del cura de Guanajuato, toditos se han de acordar,
murió como buen soldado por damos la libertad.
El dieciséis de septiembre, de mil ochocientos diez,
echó al vuelo las campanas, inició la independencia,
toquen, retoquen campanas, anuncien a nuestra gente,
lucharemos por la patria, ¡Libertad! A nuestro pueblo.

Canción al padre Hidalgo para niños | Poema a Miguel Hidalgo

PADRE HIDALGO

Padre Hidalgo, el pueblo te aclama,
te recuerda con noble lealtad,
te consagra por siempre la fama,
como el héroe de la libertad. (2)

Fue en Dolores aquella campana,
cuando el bronce tú hiciste vibrar,
desde entonces aquella campana,
nos recuerda tu nombre al sonar,

y en sus páginas de oro
la historia tus hazañas, ayer consignó
y hoy te canta en sus himnos,
la gloria la epopeya que tu alma escribió.

Padre Hidalgo, el pueblo te aclama,
te recuerda con noble lealtad,
te consagra por siempre la fama,
como el héroe de la libertad. (2)

Canto a Hidalgo para niños

CANTO A HIDALGO (Rosario R. Alvarado)

El quince de septiembre,
fue la hazaña gloriosa,
que nos libró por siempre
de yugo y opresión.
Hidalgo el noble anciano
rompiendo las cadenas
nos dio la independencia,
la libertad y honor.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Guión teatral: Obra de teatro de la independencia de México - Representación del 16 de septiembre

Obra de teatro de la independencia de México - Representación del 16 de septiembre



PRIMER ACTO
LA CONJURACIÓN
HIDALGO.- Este es el momento para actuar, (mostrando un periódico) los españoles no podrán hacer nada en contra de nosotros ya que tienen cosas que hacer en su propia tierra.
CORREGIDORA.- Señor cura, lo que sucede en España nos favorece, será en poco tiempo seremos un país libre, solo me preocupa saber si el pueblo nos seguirá.
HIDALGO.- El pueblo estará con nosotros, el pueblo sigue siempre a los que les ofrecen alivio a sus penas y nosotros hemos abrazado la causa.
ALLENDE.- No todos saben escuchar al pueblo, porque para ello quien los oye debe conocer los sentimientos de la nación.
ABASOLO.- El pueblo grita de dolor, que solo los que están en el poder y en la riqueza no los escuchan o no los quieren escuchar.
HIDALGO.- Es por esa razón que el pueblo nos seguirá, nosotros los hemos escuchado y les enseñamos a luchar por su libertad y por sus derechos humanos. (Levantándose) Ya es bastante tiempo de a ver recibido un trato como bestias y ser explotados todos prefieren morir luchando por sus mujeres y por sus hijos.
CORREGIDORA.- El indio muere y de miseria, mientras el dominador vive rico y feliz.
UN PERSONAJE.- ¡No tenemos armas y parque! ¿Qué haremos, señor cura?
HIDALGO.- Ya tenemos algunas y otra parte se las quitaremos a nuestros enemigos. Ay muchas cosas que nos servirán entre ellos las piedras las hondas, los palos… el más grande armamento será el valor y el arrojo.
ALLENDE.- Señor cura, el regimiento de la reina, solo espera saber la fecha.
UN PERSONAJE.- Recuerde señor cura, que aun no sabemos si los mestizos apoyaran nuestra causa.
HIDALGO.- Clara que nos apoyaran si son los más descontentos con el régimen y la sociedad
ALDAMA.- Es necesaria la independencia, solo queremos saber una cosa ¡LA FECHA!.
HIDALGO.- (con decisión) ¡El primero de octubre! ¿Convenidos?
GRUPO.- (aplaudiendo con regocijo) ¡Aprobado¡¡Aprobado!
ABASOLO.- ¡Viva nuestro caudillo!
GRUPO.- ¡Viva!
CORREGIDORA.- Señores recuerden que pueden descubrirnos y por ello perderse la causa.
ALLENDE.- ¿A caso el señor corregidor no está con nosotros?
CORREGIDORA.- Esta con nosotros es por eso que no quiere que los enemigos se pudieran dar cuenta.
HIDALGO.- Es verdad es tiempo de irnos. Se necesitan muchas mujeres como la corregidora, que han sabido escuchar los clamores de su pueblo.
CORREGIDORA.- Con el alma y la vida lucharé por la libertad de mi pueblo.

SEGUNDO ACTO
PRISIÓN DE LA CORREGIDORA
CORREGIDORA.- (paseándose nerviosa) No sé porque mi esposo me ha en cerrado en mi habitación (meditando) si el apoyo la causa, sin embargo la conjuración ha sido descubierta es necesario avisar a los caudillos. (Meditativa) ahora recuerdo debajo de aquí se encuentra don Ignacio Pérez, que es nuestro amigo. Tratare de llamarle, tal vez pueda oírme (da tres golpes en el piso) ( se oye quedan tres toques en la puerta)(la corregidora se acerca ala puerta)
CORREGIDORA.- ¿Don Ignacio es usted?
DON IGNACIO.- (por fuera) Si señora, soy yo. ¿Qué se ofrece?
CORREGIDORA.- Cerciórese usted si alguien nos escucha.
DON IGNACIO.- (después de breves instantes) Todo está solo, diga usted.
CORREGIDORA.- Estoy encerrada en este lugar y es necesario avisarles a los caudillos que la conjuración asido descubierta.
DON IGNACIO.- No tenga cuidado su merced; saldré en el acto.
CORREGIDORA.- Adiós, Don Ignacio
DON IGNACIO.- Adiós, señora, que la patria apremie su acción heroica. (se oyen los pasos de quien se retira apresuradamente.
CORREGIDORA.- (sola) La lucha a comenzado. Todos los buenos mexicanos estaremos del lado de la justicia.
TERCER ACTO
EL GRITO DE INDEPENDENCIA
HIDALGO.- Amigos míos, nos han descubierto es hora de dar el grito de independencia usaremos como bandera el estandarte de la iglesia, hoy 15 de septiembre de 1810. México inicia su libertad.
ALLENDE.- (extiende el brazo al frente con el sombrero en la mano) Señor cura, pongo mi vida al servicio de la causa.
ALDAMA.- (en igual forma) Y yo.
ABASOLO.- (en igual forma) Y yo
DON IGANACIO.- Y yo también.
HIDALDGO.- Uno mi vida ala de ustedes. ¡A la lucha!
TODOS.- ¡A la lucha!(sale hidalgo por la derecha: los demás personajes por el lado opuesto. Después de breves instantes se oye el sonar de las campanas y el pueblo comienza allegar. Aparece hidalgo acompañado de los personajes anteriores y portando el estandarte)
HIDALGO.- (Saludando al pueblo) Buenos días, hermanos
PUEBLO.- Buenos días, padre.
HIDALGO.- (con emoción) En muchas ocasiones han sonado las campanas y ustedes hermanos siempre han respondido a su llamado ahora yo les hablo de la manera más cariñosa y sincera, para decirles que allegado el momento de ser libres.
ALLENDE.- (encendiendo los ánimos) ¡VIVA MEXICO!
PUEBLO.- (levantando los sombreros) ¡VIVA!
HIDALGO.- Es hora de despertar, yo luchare a su lado hermanos.
ABASOLO.- ¡VIVA EL CUAR HIDALGO!
PUEBLO.- ¡VIVA!
HIDALGO.- pronto será libre México, aunque la compremos con nuestra sangre. ¡Mexicanos  a las armas!
PUEBLO.- (entusiasmados) ¡A LAS ARMAS! ¡A LAS ARMAS! (el pueblo se dispersa)
UN EMISARIO.- (que llega corriendo) Señor cura, don Mariano Jiménez se encuentra a las orillas del pueblo y espera órdenes de usted.
HIDALGO.- Nuestra causa triunfara, tal vez nosotros no lo podremos ver pero las  generaciones futuras lo sabrán. (el pueblo comienza a llegar nuevamente por todos lados y portando garrotes, instrumentos de labranza, hachas, etc.)
HIDALGO.- (Ondeando el  estandarte) ¡VIVA MÉXICO!
PUEBLO.- ¡VIVA!
HIDALGO.- ¡VIVA LA INDEPENDENCIA!
PUEBLO.- ¡VIVA!
HIDALGO.- ¡VIVA LA LIBETAD!
PUEBLO.- ¡VIVA!
HIDALGO.- ¡A GUANAJUATO! ABAJO LOS TIRANOS.

PUEBLO.- ¡ABAJO!

martes, 12 de febrero de 2013

miércoles, 24 de octubre de 2012

Poesía cortita a la Independencia de México

DON MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA

BRAVO CURA DE DOLORES QUE NACIO

EN LA HACIENDA DE CORRALEJO

Y FUE EL PADRE DE LA PATRIA QUE EL FORJO

 

EL DIO EL GRITO DE INDEPENDENCIA

EN SEPTIEMBRE DE 1810

PALADIN, DE UN IDEAL

QUE LA GLORIA Y EN LA HISTORIA ES INMORTAL

 

¡VIVA MEXICO!, ¡VIVA MEXICO!

 

Y QUE VIVA LA ENSEÑA NACIONAL

NUESTRA TIERRA ESTA, SIN CADENAS YA

POR HIDALGO TENEMOS LIBERTAD

¡VIVA MEXICO!, ¡VIVA MEXICO!

Poesía a la Independencia de México

EL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1810

NACIO NUESTRA INDEPENDENCIA

GLORIOSO OCHOCIENTOS SEIS

EN EL PUEBLO DE DOLORES

HIDALGO LA PROCLAMO

Y AYUDADO POR EL PUEBLO

GUERRERO LA CONSUMO

AL TOQUE DE LA CAMPANA

ACUDIO LA MULTITUD

A PELEAR POR NUESTRA PATRIA

QUE SUFRIA LA ESCLAVITUD

SE DIRIGIO AQUELLA NOCHE

CON TODA SU ALTIVA GREY

AL PUEBLO DE ATOTONILCO

A COMBATIR AL VIRREY

EL ABRAZO DE ACATEMPAN

NUESTRO PUEBLO CONTEMPLO

HIZO CESAR LA CONTIENDA

Y LA LIBERTAD NACIO

YA CON ESTA ME DESPIDO

DE LA GENTE QUE ME OYO

Y AQUI SE ACABA EL CORRIDO

QUE ESTE GALLO LES CANTO.

 

viernes, 4 de noviembre de 2011

Obra de teatro de la independencia de México - Representación del 16 de septiembre


PRIMER ACTO
LA CONJURACIÓN
HIDALGO.- Este es el momento para actuar, (mostrando un periódico) los españoles no podrán hacer nada en contra de nosotros ya que tienen cosas que hacer en su propia tierra.
CORREGIDORA.- Señor cura, lo que sucede en España nos favorece, será en poco tiempo seremos un país libre, solo me preocupa saber si el pueblo nos seguirá.
HIDALGO.- El pueblo estará con nosotros, el pueblo sigue siempre a los que les ofrecen alivio a sus penas y nosotros hemos abrazado la causa.
ALLENDE.- No todos saben escuchar al pueblo, porque para ello quien los oye debe conocer los sentimientos de la nación.
ABASOLO.- El pueblo grita de dolor, que solo los que están en el poder y en la riqueza no los escuchan o no los quieren escuchar.
HIDALGO.- Es por esa razón que el pueblo nos seguirá, nosotros los hemos escuchado y les enseñamos a luchar por su libertad y por sus derechos humanos. (Levantándose) Ya es bastante tiempo de a ver recibido un trato como bestias y ser explotados todos prefieren morir luchando por sus mujeres y por sus hijos.
CORREGIDORA.- El indio muere y de miseria, mientras el dominador vive rico y feliz.
UN PERSONAJE.- ¡No tenemos armas y parque! ¿Qué haremos, señor cura?
HIDALGO.- Ya tenemos algunas y otra parte se las quitaremos a nuestros enemigos. Ay muchas cosas que nos servirán entre ellos las piedras las hondas, los palos… el más grande armamento será el valor y el arrojo.
ALLENDE.- Señor cura, el regimiento de la reina, solo espera saber la fecha.
UN PERSONAJE.- Recuerde señor cura, que aun no sabemos si los mestizos apoyaran nuestra causa.
HIDALGO.- Clara que nos apoyaran si son los más descontentos con el régimen y la sociedad
ALDAMA.- Es necesaria la independencia, solo queremos saber una cosa ¡LA FECHA!.
HIDALGO.- (con decisión) ¡El primero de octubre! ¿Convenidos?
GRUPO.- (aplaudiendo con regocijo) ¡Aprobado¡¡Aprobado!
ABASOLO.- ¡Viva nuestro caudillo!
GRUPO.- ¡Viva!
CORREGIDORA.- Señores recuerden que pueden descubrirnos y por ello perderse la causa.
ALLENDE.- ¿A caso el señor corregidor no está con nosotros?
CORREGIDORA.- Esta con nosotros es por eso que no quiere que los enemigos se pudieran dar cuenta.
HIDALGO.- Es verdad es tiempo de irnos. Se necesitan muchas mujeres como la corregidora, que han sabido escuchar los clamores de su pueblo.
CORREGIDORA.- Con el alma y la vida lucharé por la libertad de mi pueblo.

SEGUNDO ACTO
PRISIÓN DE LA CORREGIDORA
CORREGIDORA.- (paseándose nerviosa) No sé porque mi esposo me ha en cerrado en mi habitación (meditando) si el apoyo la causa, sin embargo la conjuración ha sido descubierta es necesario avisar a los caudillos. (Meditativa) ahora recuerdo debajo de aquí se encuentra don Ignacio Pérez, que es nuestro amigo. Tratare de llamarle, tal vez pueda oírme (da tres golpes en el piso) ( se oye quedan tres toques en la puerta)(la corregidora se acerca ala puerta)
CORREGIDORA.- ¿Don Ignacio es usted?
DON IGNACIO.- (por fuera) Si señora, soy yo. ¿Qué se ofrece?
CORREGIDORA.- Cerciórese usted si alguien nos escucha.
DON IGNACIO.- (después de breves instantes) Todo está solo, diga usted.
CORREGIDORA.- Estoy encerrada en este lugar y es necesario avisarles a los caudillos que la conjuración asido descubierta.
DON IGNACIO.- No tenga cuidado su merced; saldré en el acto.
CORREGIDORA.- Adiós, Don Ignacio
DON IGNACIO.- Adiós, señora, que la patria apremie su acción heroica. (se oyen los pasos de quien se retira apresuradamente.
CORREGIDORA.- (sola) La lucha a comenzado. Todos los buenos mexicanos estaremos del lado de la justicia.
TERCER ACTO
EL GRITO DE INDEPENDENCIA
HIDALGO.- Amigos míos, nos han descubierto es hora de dar el grito de independencia usaremos como bandera el estandarte de la iglesia, hoy 15 de septiembre de 1810. México inicia su libertad.
ALLENDE.- (extiende el brazo al frente con el sombrero en la mano) Señor cura, pongo mi vida al servicio de la causa.
ALDAMA.- (en igual forma) Y yo.
ABASOLO.- (en igual forma) Y yo
DON IGANACIO.- Y yo también.
HIDALDGO.- Uno mi vida ala de ustedes. ¡A la lucha!
TODOS.- ¡A la lucha!(sale hidalgo por la derecha: los demás personajes por el lado opuesto. Después de breves instantes se oye el sonar de las campanas y el pueblo comienza allegar. Aparece hidalgo acompañado de los personajes anteriores y portando el estandarte)
HIDALGO.- (Saludando al pueblo) Buenos días, hermanos
PUEBLO.- Buenos días, padre.
HIDALGO.- (con emoción) En muchas ocasiones han sonado las campanas y ustedes hermanos siempre han respondido a su llamado ahora yo les hablo de la manera más cariñosa y sincera, para decirles que allegado el momento de ser libres.
ALLENDE.- (encendiendo los ánimos) ¡VIVA MEXICO!
PUEBLO.- (levantando los sombreros) ¡VIVA!
HIDALGO.- Es hora de despertar, yo luchare a su lado hermanos.
ABASOLO.- ¡VIVA EL CUAR HIDALGO!
PUEBLO.- ¡VIVA!
HIDALGO.- pronto será libre México, aunque la compremos con nuestra sangre. ¡Mexicanos  a las armas!
PUEBLO.- (entusiasmados) ¡A LAS ARMAS! ¡A LAS ARMAS! (el pueblo se dispersa)
UN EMISARIO.- (que llega corriendo) Señor cura, don Mariano Jiménez se encuentra a las orillas del pueblo y espera órdenes de usted.
HIDALGO.- Nuestra causa triunfara, tal vez nosotros no lo podremos ver pero las  generaciones futuras lo sabrán. (el pueblo comienza a llegar nuevamente por todos lados y portando garrotes, instrumentos de labranza, hachas, etc.)
HIDALGO.- (Ondeando el  estandarte) ¡VIVA MÉXICO!
PUEBLO.- ¡VIVA!
HIDALGO.- ¡VIVA LA INDEPENDENCIA!
PUEBLO.- ¡VIVA!
HIDALGO.- ¡VIVA LA LIBETAD!
PUEBLO.- ¡VIVA!
HIDALGO.- ¡A GUANAJUATO! ABAJO LOS TIRANOS.
PUEBLO.- ¡ABAJO!

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Poema a los Héroes de la Independencia


OFRENDA
A los héroes conocidos
por los hombres y la historia,
mi poema les dedico
con respeto y con amor.
Su valor en el combate
por la causa libertaria,
se encendió como una hoguera
majestuosa de fulgor.
El milagro de los años
con su inquietud de progreso,
cristalizó los ideales
del sagrado paladín.
Hombres grandes de mi pueblo,
héroes santos de mi patria,
el bullicio de mi canto
hoy los viene a saludar.
Porque el alma me lo ordena
y mi pecho me lo grita,
héroes nobles y magníficos
que nos dieron libertad.

Poesía a Aldama para niños


JUAN ALDAMA
La noche estaba tranquila
en San Miguel Guanajuato,
cuando un augurio aniquila
el alma de un bello pacto.
Juan Aldama recibió
de Josefa un raro aviso:
la conjura fracasó,
¡avísales, es preciso!
Se marchó sin contratiempos
para el pueblo de Dolores,
melancólicos los vientos
¡en acción conspiradores!
A las dos de la mañana
el insurgente llegaba,
llama a misa la campana
la Independencia empezaba.
En Celaya a Juan Aldama
lo ascienden a mariscal,
iba creciendo su fama
en la causa nacional.
En el Monte de las Cruces
se destaca en la batalla,
mi teniente coronel
¡muy valiente, está en la raya!
Grave error guarda la historia
Aculco y Puente de Calderón,
dos derrotas sin la gloria
además de una traición.
Elizondo por migajas se vendió,
con los jefes Juan Aldama,
al cadalso se le envió
¡qué triste está la mañana!

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