martes, 9 de abril de 2013
Obras de teatro el día de las madres
Escena I
JUANA: (Entra a escena, barre, baila el Harlem Shake y bebe de una botella de tequila)
DON PEDRO: (Entra a escena. ) Mmmm... ¿Con qué esas tenemos, eh?
JUANA: (Sobre saltada. ) Este... Verá usted... Nunca lo hago, pero...
DON PEDRO: Procura que esto no se vuelva a repetir. ¿Entendiste?
JUANA: Si, patrón. ¿No lo volveré hacer?
DON PEDRO: Ahora llama a la niña y dile que quiero hablar con ella.
JUANA: Si, patrón. (gritando) ¡Niña el papá suyo de usté, quiere hablar con usted! (Sale de escena.)
DON PEDRO: Para eso mejor yo le grito.
Escena II
LUZ MARÍA: (Entra a escena. ) Me dijo Juana que quieres hablar conmigo... ¿Es cierto papá?
DON PEDRO: Así es mija... ¿Te acuerdas de la mula de...?
LUZ MARÍA: Hay papá, ¡Ya vas a empezar con tus indirectas!
DON PEDRO: No mija. Lo que quiero decir, es que la mula que te regaló tu padrino, he decidido venderla.
LUZ MARÍA: ¿Pero por qué?
DON PEDRO: Porque ya está muy vieja y ya no sirve para nada. Además, ya puse un anuncio en el periódico y no habrá de faltar un tonto que quiera comprarla.
LUZ MARÍA: Está bien papá, que le vamos a hacer.
DON PERDO: Voy a salir ahorita, tengo que comprar una purga para la mula, se ha puesto un poco mala, y no quiero que se me muera antes de venderla. ¡Ah! Si viene algún comprador, le dices que no tardo, que si gusta esperarme o que vuelva más tarde. (Sale de escena.)
LUZ MARÍA: Muy bien papá. ¡Juana!... ¡Juana!
Escena III
JUANA: (Entra a escena. ) Diga usté mi niña.
LUZ MARÍA: Mientras limpias bien el polvo, vas a estar pendiente por si alguien viene a preguntar por la mula, le dices que mi papá no está, que vuelva más tarde.
JUANA: Muy bien niña, pierda usté cuidado, yo voy a estar pendiente.
¿Qué se train estos con la mula..? ¡Tanto que la han hecho trabajar, ya deberían jubilarla!... Aquí a todos nos hacen trabajar muy duro... Lo bueno que yo me tomo mis descansitos... ¡Que si no!... (Bebe de la botella. Tocan a la puerta. ) De seguro el que toca, es el que viene por la mula, ¡Voy!
EscenaIV
ANTONIO: (Entra a escena.) ¡Buenas tardes!... ¿Esta es la casa de Don Peter?
JUANA: ¿De quén?
ANTONIO: De Don Pedro.
JUANA: ¡Ah! , si señor, pero ahorita no está... Si gusta venir más al rato.
ANTONIO: ¿Puedes hablarle a la...?
LUZ MARIA: No señor, yo no hablo con mulas.
ANTONIO: ¿Mulas? ¿Cuales mulas?... Yo quiero hablar con la señorita.
JUANA: Pus señorita, señorita, lo que se llama señorita... Ahorita le hablo. Oye tu niña... Aquí te busca un catrín que está... ¡Bien gacho! (Sale corriendo de escena.)
EscenaV
LUZ MARÍA: (Entrando a escena.) ¡Antonio!...
ANTONIO: ¡Luz María!
(música romántica)(se abrazan)
LUZ MARÍA: ¿Cundo llegaste?
ANTONIO: Hoy en la mañana. No quise avisarte para darte una sorpresa.
LUZ MARÍA: Me decías en tu última carta que no tenías dinero para venir a verme.
ANTONIO: Bueno... Es que ahora ya conseguí trabajo y me dieron un adelanto de mi sueldo.
LUZ MARÍA: ¡Que feliz me haces! Eso quiere decir que...
ANTONIO: Que ya no me faltará trabajo, ni dinero. ¡Mi carrera empieza a dar sus frutos!
LUZ MARÍA: Lastima que mi padre no esté ahorita, para presentártelo y darle la noticia.
ANTONIO: ¿Y volverá pronto tu papá?
LUZ MARÍA: Tal vez, ¿Por qué?
ANTONIO: Es que vengo dispuesto a hablar con él... ¡Voy a pedir tu mano!
LUZ MARÍA: ¡Al fin te has decidido!
ANTONIO: ¡Quiero que nos casemos pronto, para irnos a vivir a la capital!
LUZ MARÍA: Si Antonio, pero antes déjame hablar con mi papá, para que no lo tomes por sorpresa. ¿Quieres volver más tarde?
ANTONIO: (Con ternura) Sí... ¡Cómo tu quieras!
LUZ MARÍA: (Saliendo de escena y suspirando, ella le manda un beso)
EscenaVI
PÁNFILO: (Observa la botella y las tres copas que está en la mesita)
JUANA: (Entra a escena) ¿Quién es usté?...
PÁNFILO: No me robé nada...
JUANA: Pos nomás porque llegué a tiempo.
PÁNFILO: Soy gente honrada.
JUANA: ¿Quién sabe?
PÁNFILO: Vide la puerta abierta y entré.
JUANA: ¿Qué es lo que quere?
PÁNFILO: Quiero saber en cuanto venden la mula... Sin ofender a nadien.
JUANA: (Molesta) Si se mira en un espejo, a lo mejor se ofende solo... En cuanto a la mula, mi patrón no está ahorita... Si gusta volver más tarde...
PÁNFIILO: (Meloso) ¿Oiga... Usted aquí trabaja?
JUANA: Sí... ¿Por qué?
PÁNFILO: No, por nada... ¿Y qué hace?
JUANA: Pos... Lavo la ropa, hago la comida... Y muchas cosas más.
PÁNFILO: ¿Y cómo se llama?
JUANA: ¡Pus criada!
PÁNFILO: No, usté...
JUANA: (Coqueta) ¿Yo?... Pus me llamo... Juana María Concepción Trinidad González...
PÁNFILO: ¿Nomás?...
JUANA: Sí... Nomás... Y usté, ¿Cómo se llama?
PÁNFILO: Yo me llamo, este... Pos mi nombre está rete feo.
JUANA: No importa, dígame cómo se llama.
PÁNFILO: Me da harta vergüenza decir mi nombre.
JUANA: ¡Cómo se llama por fin!
PÁNFILO: Pos yo me llamo, ¡Pánfilo Pascual!... ¿Verdá que está rete feo?
JUANA: ¡No que va!...
PÁNFILO: Oiga... ¿Y tiene novio?
JUANA: Pa’qué quere saberlo.
PÁNFILO: Pos yo decía... Si no tiene novio, a lo mejor me ahorro la mercada de la mula... Pos para qué quiero a las dos.
JUANA: (Enojada lo corre a escobazos) ¡Grosero! , lárguese indio ladino. Vuelva cuando esté mi patrón. (Bebe de la botella y en ese momento entra Don Pedro)
EscenaVII
DON PEDRO: (Entra a escena mostrando la botella de la purga. ) No pude encontrar purga pa’mulas, pero encontré una pa’caballos... ¡Es más rápida!... ¿Vino alguien a preguntar por mí?
JUANA: Sí, patrón. Vinieron a preguntar por la mula de usté. Pero le dije que volviera más tarde.
DON PEDRO: ¡Que bueno! Esperaré pa’ver si logro vender por fin esa mula...
(Tocan a la puerta)
JUANA: Pos no tiene que esperar mucho patrón, porque de seguro el que toca es el que viene por ella. ¡Voy!
DON PEDRO: No, deja. Yo abro... Tú ve a hacer las cosas propias de tu sexo.
JUANA: ¡Hay! Patrón. Esas cosa no se hacen en la cocina. (Sale de escena)
Escena VIII
ANTONIO: ¡Buenas tardes!...
DON PEDRO: Adelante amigo, esta es su casa.
ANTONIO: Gracias... Gracias...
DON PEDRO: Pásele hombre, ¡Estamos en confianza!
ANTONIO: Tal vez ya le informaron el motivo de mi visita.
DON PEDRO: En efecto, así es. Hace un momento me dijeron que usted vino temprano, cuando yo me encontraba comprando unas medicinas para ella...
ANTONIO: ¿Cómo? ¿Acaso se encuentra enferma?
DON PEDRO: No se alarme, amigo. Está un poco delicada, pero no es nada grave... Estos días así se pone, algo peligrosa.
ANTONIO: ¿Peligrosa?... ¡No entiendo!
DON PEDRO: Si, hombre. Que desconoce a uno y le da por tirar pataditas.
ANTONIO: ¿Patadas?... ¡Ha dicho usted, ¿Patadas?!
DON PEDRO: Es muy natural en ella. Además, es bueno que usted lo sepa. Puesto que se va a quedar con ella... ¿No es así?
ANTINIO: Este... ¡Sí, claro... Sí!
DON PEDRO: Pues bien... Tiene que llevarla a pasear al campo, darle de comer alfalfa fresca y avena.
ANTONIO: ¿Alfalfa?... ¿Avena?... ¿Pero está usted loco?
DON PEDRO: ¿Por qué voy a estarlo? Es lo que siempre ha comido. Y si quiere conservarla en buenas condiciones, tendrá que seguir mis instrucciones.
ANTONIO: ¿Pero, eso no es posible? ¿Cómo puede ella comer eso que usted dice?
DON PEDRO: Pues sí, mi amigo... Además, le recomiendo que por lo pronto no la cargue mucho, está un poco débil; me la pidió prestada el sargento del cuartel y se puso a prestársela a todo el regimiento, y me la trajo cansadísima, y con fiebre... ¡Imagínese, usted! Además, le salió un grano en la cola y el sargento no se lo pudo curar, por eso se le llenó de pus.
ANTONIO: (Iracundo) ¡Esto es el colmo! Ya no aguanto más.! Yo no quiero nada con ella! Doy por terminado el compromiso. ¡Adios!... (Sale de escena)
Escena IX
DON PEDRO: ¡Bah!... No sé que le pasó a este tipo... ¡En fin, ya caerá otro!
LUZ MARÍA: (Entrando a escena) Papá, me pareció que hablabas con alguien.
DON PEDRO: Si, mija, era uno que quería comprar la mula, de repente se puso medio raro y se fue.
LUZ MARÍA: ¡Lo siento mucho!... Oye, papá, te voy a decir una cosa.
DON PEDRO: Soy todo oídos, mija.
LUZ MARÍA: Desde hace tiempo tengo relaciones amorosas con un muchacho, pero por carta.
DON PEDRO: ¡Ah, pillina! ¿Con que ya tienes novio? Y por qué no me lo avías dicho antes.
LUZ MARÍA: Es que no tenía trabajo y me daba vergüenza confesártelo, pero ya su situación se compuso un poco; ya tiene trabajo de planta y ha venido a verme.
DON PEDRO: Me alegro, eso quiere decir que es un muchacho que sabe abrirse paso en la vida... ¡Igualito que yo!
LUZ MARÍA: Sabes papá, mi novio ya quiere que nos casemos y va a venir para hablar contigo, y pedirte mi mano.
DON PEDRO: Bien, si tú ya estás decidida, que le vamos a hacer. ¿Lo quieres mucho?
LUZ MARÍA: (Suspirando) ¡Sí!... No tiene mucho dinero, pero es un hombre honrado y me quiere bastante, y yo estoy dispuesta a seguirlo hasta donde él quiera.
DON PEDRO: Muy bien pensado, mija. Es el deber de toda buena esposa.
LUZ MARÍA: Bueno, papá, me voy. Así cuando él llegue, tú estarás solo y podrán hablar a gusto. (Sale de escena)
DON PEDRO: (Suspirando) ¡Mi única hija se me casa!... (Agarra la botella y lee la etiqueta)... Ultra rápida... Mmmm... ¡Qué amolada le voy a poner a esa mula!... (Llaman a la puerta, deja la botella en la mesa. Va a abrir)
Escena X
PÁNFILO: (Entrando a escena) Buenas tardes...
DON PEDRO: Adelante... ¿Tú eres el que vienes por ella?
PÁNFILO: Si señor, y espero llegarle al precio.
DON PEDRO. (aparte) Mija me había dicho que era pobre... Pero este está rete jodido... ¡En fin, allá ella!... Y dime, ¿Qué planes tienes pal futuro?
PÁNFILO: Pus verá usté; pienso hacer muchas cosas con ella. Me la voy a llevar pal’ rancho, trabajarla duro, pa’que saque dinero y pague su comida.
DON PEDRO: (Extrañado) ¿De modo que quiere usted que ella trabaje para que saque lo de su comida?
PÁNFILO: ¡Ah y también la mía! Y si no quiere trabajar, le daré de cuartazos hasta hacerla que entre a vara.
DON PERDO: ¿Así las tratas a todas?
PÁNFILO: ¡Pior.... Algunas veces las dejo sin comer varios días, pa’que aprendan!
DON PERDO: Pues con ella no se va a poder.
PÁNFILO: ¿Por qué?
DON PEDRO: Porque ella está acostumbra a levantarse a las nueve de la mañana y que le lleven el desayuno a la cama.
PÁNFILO: ¿A la cama?... No me diga que también toma chocolate.
DON PEDRO: ¡Claro! Chocolate y pan fino.
PÁNFILO: Hum... No lo tomo ni yo. Pos conmigo, ella comerá rastrojo, dormirá en el corral y tendrá que levantarse a las cinco de la mañana.
DON PEDRO: (aparte) Pobre de mija, cuanto va a sufrir.
PÁNFILO: Pos por eso quiero cerrar el trato; pa’llevarmela y empezar a domarla.
DON PEDRO: ¿La llevará alguna vez al cine?
PÁNFILO: ¿A poco le gusta el cine?
DON PEDRO: Si Señor, y también le gusta tocar el piano.
PÁNFILO: ¡Voy!... Ya me la imagino tocando.... (Entra a escena Antonio enojado, y lo detiene Don Pedro)
Escena XI
DON PEDRO: ¡Un momento!... Con qué derecho entra a mi casa.
ANTONIO: Con el derecho de un hombre ofendido.
DON PERDO: ¿Ofendido?... Si usted fue el que no quiso llevársela.
ANTONIO: ¿Insinúa usted que me la llevara después de lo que me dijo?
DON PEDRO: ¿Y por qué no? , todo tiene su arreglo y debemos aceptarlo... Este hombre si se la piensa llevar...
ANTONIO. ¿Qué... Qué?... ¿Qué usted se la piensa llevar? (Conato de pelea)
PÁNFILO: Este... No le haga caso... Está rete loco... Figúrese usté, dice que ella toca el piano...
ANTONIO: ¡Claro que lo toca y también baila!
PÁNFILO: ¿Ay mamacita!
DON PEDRO: Mija sabe hacer muchas cosas.
PÁNFILO: ¿A poco es hija suya?
DON PEDRO: ¡Sí, señor!
PÁNFILO: ¡¡¡Voy!
Escena XII
LUZ MARÍA: (Entrando a escena) ¿Qué sucede, papá?
DON PEDRO: Nada hija, es que...
LUZ MARÍA: ¡Antonio!... ¿Por qué estás enojado?
ANTONIO: Tienes aún el descaro de preguntármelo. Dime, ¿Quién es éste mequetrefe?
PASCUAL: ¿Yo? Yo nos ningún mequetrefe. Yo soy Pánfilo Pascual.
LUZ MARÍA: No sé... ¡Nunca lo he visto en mi vida!
ANTONIO: ¿Y el sargento?
LUZ MARÍA: ¿Cuál sargento?
DON PEDRO: (Comprendiendo la confusión) Mmmm... (a Pánfilo) ¿Usted por quién vino?
PÁNFILO: Por la mula.
DON PEDRO: ¡Ay! Mija, ya se lo que pasó... Hubo una pequeña confusión. (a pánfilo) Yo creí que éste era tu novio mija... (a Antonio) y que éste venía por la mula.
PÁNFILO: ¡Ya! No tuviera tanta suerte.
LUZ MARÍA: (Suspirando) ¡Antonio!...
ANTONIO: Luz María!...
(Se abrazan)
Escena XIII
JUANA: (Entra a escena sigilosamente y coqueteándole a Pánfilo)
PÁNFILO: (a don Pedro) Aquí entre nos... ¿Puedo venir a visitar a la mucama?
DON PEDRO: ¿A quién?
PÁNFILO: ¡A la criada!
DON PEDRO: ¡Ah! Condenada... Si sólo tienes la cara de mustia eh... Y es mas, pa’que veas la nobleza de mi estirpe... ¡Hasta te regalo la mula!
PÁNFILO: ¡Gracias señor!
DON PEDRO: Que bueno que todo se arregló... Mija, sirvan las copas pa’ brindar por la felicidad de los niños... ¿Porque se casarán pronto, verdad?
ANTONIO: Es lo que más anhelo, señor (Luz María confunde las botellas y sirve las copas que estuvieron en la mesita. La criada bebe de la botella de tequila)
DON PEDRO: No me digas señor... ¡Dime, papá!
PÁNFILO: Si, Antonio... Si va a ser tu apá, dile apá.
ANTONIO: Está bien, apá (le besa la mano)
LUZ MARÍA. Aquí están las copas... (reparte las copas)
ANTONIO: Gracias mi amor.
PÁNFILO: Gracias niña.
DON PEDRO. Yo no mija... Ya sabes que a mí me salen almo sapos en donde te platiqué... Bueno digan salud.
TODOS: ¡Salud!
ANTONIO: Me quedó un sabor raro en la boca.
PÁNFILO: A mí... Me pareció bueno... Sobre todo porque es de gorra.
LUZ MARÍA: Ay. Ay, ay...!
DON PEDRO: ¿Qué pasa?
LUZ MARÍA. ¡Ay! Papá. Creo que voy a poner un telegrama... ¡Ay! (Sale corriendo de escena)
DON PEDRO: ¡Ay! Es que se acordó de sus amistades mijo... Pero de que se casa, se casa.
ANTONIO: ¡Ay, ay...! Ahorita vengo.
DON PEDRO: ¿A dónde vas?
ANTONIO: Voy a poner otro telegrama... (sale corriendo de escena)
DON PEDRO: Otro que se acordó de sus amistades...
PÁNFILO: ¡Ay, ay, ay...! (Hace una ligera flexión)
DON PEDRO: ¿No me digas que tú también vas a poner otro telegrama?...
PÁNFILO: ¡No!... ¡Yo ya lo puse... (salen de escena)
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Personajes:
Enzo
La mamá
Escenario: La sala de una casa.
(Se abre el telón y al momento entra Enzo caminando apurado. Remueve las cosas como buscando algo)
Enzo: (Sin dejar de buscar) ¿¡Pero en dónde está!? (Se detiene, se pone de pie y se coge la cabeza) ¡Se me perdió! ¡Se me perdió! (Continúa buscando) (Entra a escena su mamá; se detiene bruscamente con expresión de sorpresa en su rostro)
La mamá: (Mira toda la sala desordenada) ¡¡¡Enzo!!!
Enzo: ¡¡¡Mamá!!! (Se pone de pie y la mira muy asustado)
La mamá: ¿¡Pero, qué estás haciendo!? (Camina mientras ve toda la sala con asombro)
Enzo: ¡Nada! (Mira de reojo todo el desorden que hizo)
La mamá: ¿¡Nada!? (Señala con su mano la sala) ¡Mira cómo está la sala! ¿¡Pero a qué estabas jugando!?
Enzo: ¡A nada, mamá! Solo estaba…
La mamá: (Se acerca a él con las manos en la cintura) Estabas… (Cruza los brazos y lo mira fijamente) qué.
Enzo: (Agacha un poco la cabeza) No, nada.
La mamá: Bueno ya que no estás haciendo (Pone sus dedos como si hiciera comillas) “nada”, ¿Podrías por favor (Señala todo lo que tiró) acomodar las cosas como estaban?
Enzo: Sí mamá (Se va a acomodar todo lo que tiró mientras sigue buscando)
La mamá: (Mientras se retira del escenario) ¡Como estaba, ah!
Enzo: ¡Sí, mamá! (Sigue buscando mientras acomoda la cosas. Se coge la cara) ¡Pero en dónde puede estar! ¡No puede verlo hasta mañana! (Se detiene un poco molesto, camina hacia el público y se detiene) ¡No quiero que la sorpresa que le he preparado a mi mamá por su día se arruine! (Voltea hacia el lugar por donde salió su mamá e inmediatamente vuelve al mirada al público) ¡Tengo que encontrarlo sí o sí! (Pasa su mamá y lo ve con rostro de sorpresa)
La mamá: ¡Enzo! (Mira la sala y luego vuelve a mirarlo a él) ¿¡No te había ordenado que arreglaras este desorden!?
Enzo: (Voltea rápidamente y la mira con sorpresa) ¡Ya acabo, mamá! (La mamá mira a Enzo muy fijamente)
La mamá: No demores.
Enzo: Sí, mamá.
(Enzo sigue arreglando las cosas, la mamá se va y mientras lo hacía, se da cuenta de algo que está en el suelo y lo ventana sin que su hijo la vea) (Voltea para preguntarle, pero levanta los hombros y se va sin decirle nada mientras ve el papel) (Luego de unos momentos)
Enzo: Bueno, ya terminé (Sigue buscando el papel por todos lados y se agacha para buscar debajo del sofá) ¡Tiene que estar en algún lado! (Se pone de pie y va saliendo del escenario hablando para sí) ¡Si no lo encuentro, todo lo que he hecho se va a arruinar!
(A los pocos momentos, entra la mamá a escena leyendo el papel mostrando una sonrisa llena de emoción. Se sienta en el sofá sin dejar de leer. Siente los pasos de su hijo y lo guarda rápidamente)
Enzo: (Ve a su mamá y se sorprende) ¡Ya arreglé todo, mamá!
La mamá: (Golpea el sofá con la mano) Ven aquí, Enzo, siéntate.
Enzo: (Con voz temerosa) Qué pasa (Se acerca y se sienta a su costado) (La mamá le sonríe tiernamente y acaricia su cabello) Qué.
La mamá: (Saca el papel sin dejar de mirarlo sonrientemente y se lo muestra) Me encontré esto tirado en el suelo, ¿Sabes de quién es?
Enzo: (Con expresión de sorpresa) Este… mamá… eso… (Agacha un poco la cabeza algo triste) esperaba dártelo mañana, era una sorpresa para ti.
La mamá: (Le levanta la cabeza cogiendo su mentón con los dedos) No quiero que te sientas mal por algo tan hermoso como esto (Le muestra el papel) ¿Ok?
Enzo: (Derrama unas cuántas lágrimas y sonríe mientras asienta la cabeza en señal de afirmación) Ok.
La mamá: (Abriendo la hoja) Ahora (Se la da) ¿Me la puedes leer, por favor?
Enzo: (Limpiándose las lágrimas) ¡Pero el día de las madres es mañana!
La mamá: (Coloca la hoja en las manos de su hijo) Por favor, ¿Sí?
Enzo: (Se queda unos momentos en silencio mirando a su mamá) Sí mamá (La abre, se pone de pie y se arrodilla frente a ella) “Me regalas tu cariño, me obsequias una sonrisa. A veces te hago sacar “canas verdes” pero al final siempre seré tu niño, al que corres a abrazar a toda prisa”. Feliz día mamita.
La mamá: (Derramando lágrimas y limpiándoselas) ¡Qué hermoso, mi hijito! (Lo abraza muy fuerte) Muchas gracias. Enzo: (Luego de un rato, se separa de ella y se sienta a su costado otra vez) Pero me hubiera gustado darte tu regalo mañana que es tu día.
La mamá: (Acaricia su cara) ¡Pero, claro que lo hiciste! “El día de la madre” no es un mero segundo domingo de Mayo, es el día en que su hijo le dice a su mamá cuánto la ama y le regala cosas tan bellas y significativas como estas (Le muestra el papel) Para mí, hoy ha sido el día de las madres por el gran y bello detalle que me acabas de dar.
Enzo: Pues entonces, feliz día mamá (La abraza muy fuerte)
La mamá: (Con voz tierna) ¡Ay, mi hijito!
(Mientras continúan abrazados, se escucha la canción “Todos tienen una madre” de Leo Dan. Luego de un rato, se va cerrando el telón).
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